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Página del fotógrafo
Doug Gimesy
Los ornitorrincos almacenan grasa en la cola para cuando los alimentos no son suficientes. Además, los ornitorrincos hembra utilizan su cola para incubar los huevos.
Los investigadores deben evitar los espolones venenosos en las patas traseras de los ornitorrincos macho. Si bien no pueden provocar la muerte, se dice que el veneno de las espuelas provoca un dolor insoportable.
Las patas palmeadas de los ornitorrincos les permiten deslizarse rápidamente por el agua. Sin embargo, el movimiento por tierra resulta más dificultoso. Sus piernas son cortas, pesadas y están separadas del cuerpo como las de un reptil. Para caminar por tierra, los ornitorrincos necesitan un 30 por ciento más de energía que otros mamíferos terrestres de tamaño similar.
Cuando George Shaw, naturalista del siglo XIX, vio por primera vez la piel de un ornitorrinco pensó que, en broma, alguien había cosido las patas y el pico de un pato al torso de un mamífero peludo.
Gracias a su pelaje denso e impermeable, los ornitorrincos combaten el frío en los ríos y arroyos donde se alimentan y se aparean. Los registros históricos sugieren que los comerciantes europeos mataron cientos de miles de ornitorrincos por sus pieles.
Cuando la luz solar comienza a iluminar el bosque, Josh Griffiths y Tamielle Brunt, estudiante de doctorado, recogen las redes con las que capturan a los ornitorrincos. Dado que los ornitorrincos son más activos por la noche, la investigación de estos curiosos animales se realiza principalmente entre el atardecer y el amanecer.
Un ornitorrinco joven liberado en el arroyo McMahons, estado de Victoria. Los investigadores deben trabajar velozmente para que los animales no estén fuera del agua durante más de media hora.
Gilad Bino y Tahneal Hawke colocan un transpondedor por radio temporal en la cola de un ornitorrinco hembra. El transpondedor les servirá para obtener información sobre los movimientos de los ornitorrincos y los efectos del agua proveniente de una represa río arriba.
Tahneal Hawke extrae sangre del pico de un ornitorrinco anestesiado, donde su seno venenoso se encuentra justo bajo la piel. Los investigadores utilizarán la muestra para estudiar el ADN y ARN de los animales.
En 2019 y a principios de 2020, los incendios forestales devastaron Australia. Se creyó que los ornitorrincos, por ser animales acuáticos, no sufrirían las consecuencias del mismo modo que otras especies icónicas como los canguros y los koalas, pero sus hábitats fluviales también se vieron perjudicados.